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Las marcas no registradas. Uno de los errores más comunes y costosos en propiedad industrial

marcas no registradas

En este artículo vamos a hablar sobre las marcas no registradas, así como de los riesgos que conlleva operar con ellas. En el mundo empresarial, la marca es mucho más que un nombre o un logotipo: es el activo que distingue a una empresa frente a sus competidores y genera confianza en los consumidores. Sin embargo, muchas empresas operan sin registrar su marca, creyendo que el simple uso comercial basta para protegerla. Esta percepción es uno de los errores más comunes y costosos en materia de propiedad industrial.

¿Qué son las marcas no registradas o «marcas de hecho»?

Las marcas no registradas —también conocidas como “marcas de hecho”— surgen por el uso continuado en el mercado, sin haberse inscrito en una oficina de propiedad industrial. Aunque en algunos países pueden adquirir cierto nivel de protección limitada, su fuerza jurídica es muy débil en comparación con las marcas registradas. Esto se debe a que el registro confiere un derecho exclusivo de uso, mientras que una marca no registrada solo puede ampararse en la prueba del uso previo, lo cual suele ser complejo, costoso y, en muchos casos, insuficiente.

Peligros de operar con una marca no registrada

El principal peligro de no registrar una marca es que cualquier tercero puede adelantarse y registrar un signo idéntico o similar, obteniendo el derecho legal de impedirte usar tu propio nombre comercial. En estos casos, el titular de la marca no registrada se ve obligado a iniciar largos procedimientos de oposición o nulidad, aportando pruebas de su uso anterior —facturas, publicidad, presencia en redes, etc.— para intentar demostrar su prioridad. Pero sin un registro, la carga de la prueba recae totalmente sobre él, y los resultados son inciertos.

Aun así, las marcas no registradas pueden tener cierta protección en situaciones concretas. En la Unión Europea, por ejemplo, una marca no registrada puede servir de base para oponerse al registro de otra si se demuestra que goza de uso significativo y reconocimiento suficiente en el mercado relevante. También puede protegerse frente a actos de competencia desleal o aprovechamiento indebido de la reputación, siempre que se acredite que el signo ha adquirido notoriedad entre el público.

En resumen, confiar únicamente en el uso de una marca sin registrarla es una apuesta arriesgada. Registrar la marca no solo simplifica la defensa ante imitaciones o conflictos, sino que garantiza la exclusividad, el valor y la seguridad jurídica de un activo esencial para cualquier negocio. En el ámbito competitivo actual, proteger la marca es proteger el futuro de la empresa.

¿quieres proteger tu marca? Te ayudamos. Consúltanos sin compromiso y si este tema te interesa te recomendamos que leas estos artículos sobre el coste de registrar una marca en España y las clases en las que se puede registrar.

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